El referendo es un mecanismo de consulta popular que hace alarde a la locución latina “vox pópuli, vox dei” (la voz del pueblo es la voz de Dios), utilizado para hacerle pequeñas modificaciones o cirugías a una joven de 18 años como lo es la Constitución Política Colombiana de 1991 en pro de su “mejoramiento”; pero actualmente usado para acomodar la Carta Magna a intereses particulares excusándose en que es la voluntad del pueblo.
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Por tal motivo, se recurren a relaciones diplomáticas críticas como las de Venezuela o Ecuador estratégicamente para aumentar el nivel de popularidad del Gobierno que quiere mantenerse en el poder, resucitando el referendo por una decisión manifiesta de su perpetuación en otro período, haciendo temblar la consulta del partido Conservador y abriéndole las cartas y ojos a todos los colombianos con los famosos escándalos, no solo del primer referendo que modificó el artículo 197, con el cual se pudo llevar a cabo la reelección inmediata y que aún continúa en investigación, sino con las descaradas presiones, manipulaciones de diverso tipo, etc., que algunos han llamado “el todo se vale”.
Sin embargo, no se debe desconocer las bondades que ha traído el Ejecutivo, una de ellas la seguridad democrática; pero se ha desbordado tanto en su afán de un tercer período que ha caído en las mismas maniobras del tan criticado Chávez, acudiendo al refrendo por una reelección indefinida que atenta contra la democracia al no dejarla respirar y perdiendo su credibilidad con el juego e incertidumbre que mantuvo al esquivar el tema, destapándose hace poco al llamar a su bancada para el impulso del refrendo en la Casa de Nariño.
No obstante, si este mecanismo pasa, que es lo mas probable por la unidad de poderes en Cámara de Representantes, Senado de la República y amistades en la Corte, es decir, sin ningún contrapoder por el apoyo demostrado y después de todo lo que le han invertido en prebendas y demás esfuerzos para recoger las rúbricas de las personas necesarias, la única salida es que el pueblo colombiano acuda a las urnas en las próximas elecciones y demuestre el atropello que se le hizo a la constitución, no dejando triunfar los vientos de popularidad como apoyo a un tercero vencido y de ser así, los ánimos no se derrotarán completamente sino que buscarán una reelección no consecutiva para 2014.
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