Como dice Vivian Romero en “Apuntes epistemológicos sobre el arte y la estética, visiones y expectativas desde la comunicología” específicamente hablando de las premisas principales evidencia que es imposible no comunicar, propuesta en la cual estoy totalmente de acuerdo porque hasta un silencio dice algo.
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Por ello al hablar de arte no solo se puede catalogar como una expresión sino como algo que va más allá por el contexto en el que se presenta, las circunstancias por las cuales atraviesa el autor y además de todo la forma como el lector percibe es muy diferente a lo que el autor quiso dar a conocer conllevando a la aplicación de la comunicología para analizar dicha relación o interacción que se presenta.
El problema comienza cuando intentamos conocer el valor estético de la obra de arte entrando en un paradigma antiguo artístico de la estética por la confusión o degradación de la palabra estética a un término axiológico que deduce lo bello, de ahí cabe plantearnos ¿es posible romper con este paradigma y determinar la relación de la estética, comunicología y arte?
En verdad es incierto el rumbo de este juicio pero si se deja el paradigma tradicional actual la determinación de la mencionada relación es que la estética al estar introducida en el arte toma de forma inherente la relación ya descrita al principio del escrito la cual ha sido cuestionada, evaluada, modificada y etc. A lo largo de la historia por las diferentes visiones o puntos de vista que han abordado la temática.
Pero si por el contrario por fin se le llega a dar independencia a la estética esta se relacionará igualmente la comunicología debido a que la misma estética comunica y tiene un proceso de interacción con el lector de su esencia o quien hace parte de ella. Hecho un poco complicado porque siempre las enseñanzas incluyen la estética como una forma más de arte que tiene sus propios parámetros y reglas.
En conclusión la comunicología es algo presente en todo momento que tiene aplicación o esta inmiscuida en muchas esferas disciplinares ejerciendo un papel social y de vínculo llevando a la transdisciplinariedad, es decir, siendo un “todo poderoso” basada en la interacción.
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Por ello al hablar de arte no solo se puede catalogar como una expresión sino como algo que va más allá por el contexto en el que se presenta, las circunstancias por las cuales atraviesa el autor y además de todo la forma como el lector percibe es muy diferente a lo que el autor quiso dar a conocer conllevando a la aplicación de la comunicología para analizar dicha relación o interacción que se presenta.
El problema comienza cuando intentamos conocer el valor estético de la obra de arte entrando en un paradigma antiguo artístico de la estética por la confusión o degradación de la palabra estética a un término axiológico que deduce lo bello, de ahí cabe plantearnos ¿es posible romper con este paradigma y determinar la relación de la estética, comunicología y arte?
En verdad es incierto el rumbo de este juicio pero si se deja el paradigma tradicional actual la determinación de la mencionada relación es que la estética al estar introducida en el arte toma de forma inherente la relación ya descrita al principio del escrito la cual ha sido cuestionada, evaluada, modificada y etc. A lo largo de la historia por las diferentes visiones o puntos de vista que han abordado la temática.
Pero si por el contrario por fin se le llega a dar independencia a la estética esta se relacionará igualmente la comunicología debido a que la misma estética comunica y tiene un proceso de interacción con el lector de su esencia o quien hace parte de ella. Hecho un poco complicado porque siempre las enseñanzas incluyen la estética como una forma más de arte que tiene sus propios parámetros y reglas.
En conclusión la comunicología es algo presente en todo momento que tiene aplicación o esta inmiscuida en muchas esferas disciplinares ejerciendo un papel social y de vínculo llevando a la transdisciplinariedad, es decir, siendo un “todo poderoso” basada en la interacción.
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